Escrito Por: Katherine Giraldo
Hoy quiero hablarte de algo verdaderamente valioso para tu vida… Algo que si tú lo permites, podrá cambiar el rumbo de tu historia 😉
Antes de seguir, quiero que tengas en cuenta que para entender lo que vas a leer a continuación, se requiere MENTE ABIERTA.
¿La tienes? ¡Perfecto!, entonces sigamos.
¿Alguna vez te has preguntado si mereces la vida que estás viviendo?, ¿Si te mereces los problemas que estás pasando, el fracaso que has tenido, el dolor que has sentido y la “mala racha” que te ha acompañado?
Debo imaginar que tu respuesta inmediata es “¡Claro que no! Yo soy una buena persona, los demás han sido injustos conmigo, la vida ha sido muy dura y cruel”
A muchos he escuchado considerarse a sí mismos como buenas personas (realmente no conozco los parámetros bajo los cuales se evalúan para decir esto), sacando como justificación ello para decir que la vida es injusta por traerle malos momentos.
Hay muchos pobres que creen que ser mejores personas por ser pobres. Se creen más humildes, honestos y trabajadores… ¡Tonterías! Lo único que es la gente pobre, es pobre.
— Harv. Eker.
Pero, sin embargo hay algo que dejan de lado en sus apreciaciones, y es algo tan simple como Las Leyes Naturales.
Supongamos por un momento que has donado a una fundación $100.000 dólares y que ahora eres una buena persona. ¿Qué pasaría si luego de entregar tu dinero a la fundación, luego de ser una buena persona, te lanzaras de un décimo piso de un gran edificio al suelo?
¿Será que la ley de gravedad te haría flotar y que no cayeras al piso porque ahora eres una buena persona?, ¿Será que probabilisticamente es más grande la posibilidad de que vivas porque acabas de tener una buena intención con donar a aquella fundación? ¡CLARO QUE NO!
Tú muy seguramente morirías al instante, porque te estás enfrentando a una ley natural (gravedad), a la cual no le importa si eres grande, pequeño, malo, bueno, blanco, negro, buen padre o buen hijo. La ley solamente se encarga de hacer lo que tiene que hacer.
Ahora, la ley de la gravedad no tiene por qué afectar tu vida drásticamente, ¿Verdad? Realmente tu relación con ella no influirá en el hecho de que te hagas rico o pobre, fracasado o exitoso…
Pero, hay dos leyes naturales que sí tienen mucho que ver en tu vida, respecto a lo que es tu realidad… Son las siguientes:
La ley de la atracción dice que frecuencias similares tienden a vibrar juntas, y que nuestros pensamientos tienen una frecuencia determinada, lo cual lleva a representar en la realidad aquello que pensamos.
Así, por ejemplo si tus pensamientos son negativos, entonces tu vida tendrá muchas cosas negativas, porque es lo que atraes.
Ahora, si conocemos entonces que esta es una ley natural, que afecta absolutamente a todo ser consciente, entonces tú no eres la excepción.
Entonces, si tú no eres la excepción y si decimos que la ley de atracción se encarga de darnos en la vida de acuerdo a lo que nosotros mismos pensamos… Quiere decir que tu vida es exactamente la que has pensado, y que cada cosa, por más mínima que sea, te la mereces por atraerla, ¿Correcto?
¡Perfecto que lo entiendas! Entonces esta es la primer razón con la cuál justificamos objetivamente que vivimos una vida de méritos.
Pasemos entonces a la segunda razón, por ende, a la segunda ley natural:
La ley de la gestación es simplemente la ley del tiempo. Todo toma tiempo en la vida, algunas cosas más que otras. Como dice el famoso ejemplo: “Una mujer puede tener 1 hijo, en 9 meses. Pero 9 mujeres no podrán tener 1 hijo en 1 mes.”
Cada día de nuestra vida, cada decisión, cada palabra, cada pensamiento, cada acción… Es como una semilla que se siembra en el mundo para traernos un resultado.
Por ejemplo si piensas que quieres ver un elefante, mientras estás en tu casa en medio de la ciudad, no es que la atracción haga que caiga del cielo uno para que tú lo veas en la mitad de la calle. Será un pensamiento que, al convertirse en un sincero deseo en tu interior, terminará por volverse realidad a través de la gestación en un determinado tiempo.
Y eso puede significar, que tengas la oportunidad de ir a un zoológico, o que veas un documental con elefantes, y en general, que te sea posible convertir en realidad tu deseo, obviamente, considerando el tiempo necesario para que las condiciones estén a tu favor.
Entonces, siendo así, podríamos decir con plena confianza que todo lo que hace parte de nuestra vida, es el resultado o el fruto de la semilla que un día sembramos en el mundo, ¿Verdad?
Perfecto, entonces con esto hemos llegado a una gran razón para darnos cuenta que realmente nuestra vida sí está llena de aquello que merecemos por nosotros mismos.
Ahora, es importante resaltar que tu vida está llena de méritosque conscientemente has adquirido, que has preparado para ti… No te mereces lo que OTROS creen que te mereces, no es que haya una tabla en alguna calle de tu ciudad que diga, qué te mereces y qué no.
Solamente tú eres responsable de ello, es tu vida la que contiene de eso que aprecias o desprecias, fuiste tú el que se lo busco por medio de tus acciones, pensamientos y con la ayuda de las leyes naturales.
Por ejemplo, el tema del respeto es uno bien interesante en esto…
Nadie debe ganarse el respeto de otros por título, por profesión, por estatus; es por méritos que lo recibe.
Los padres, algunas veces caen en el error de creer que merecen el respeto de sus hijos por ser eso, por ser sus padres. Creen que realmente es suficiente un título, y no se esfuerzan por ser excelentes padres para merecerlo con sinceridad.
Las cosas no se obligan, sólo se buscan y se ganan.
Incluso aquellas cosas negativas que ocurren en tu vida, las enfermedades que tienes, las fuertes discusiones, y puedo de manera confiada ir tan lejos hasta para sugerir que aquellas caídas y golpes que ha recibido tu cuerpo, las has merecido totalmente.
Te has encargado de atraerlas, por más que quieras negarlo, esa ha sido tu frecuencia… Y usualmente las cosas negativas son atraídas por una frecuencia de pensamiento negativa, así que cuida tus pensamientos y asegúrate de pensar en positivo.
Deja de decir: “Quiero dejar de sentirme mal” y más bien di: “desde hoy puedo empezar a sentirme mejor”, deja de odiar las deudas, y ama la abundancia y la tranquilidad.
Hazte merecedor de una mejor vida, y asegúrate de atraer con paciencia las mejores cosas, situaciones, personas y entornos para tu plenitud.
Estoy segura, que si fuiste lo suficientemente inteligente como para llegar hasta aquí en tu lectura, entonces cuentas con todo el poder para cambiar tu vida, y para volverte merecedor de una mejor situación, que la que hoy vives. ¡Lo garantizo!
Evalúa cada área en tu interior y busca la raíz de cada cosa que allí se encuentra, busca la razón por la cual mereciste que eso hiciera parte de tu realidad. Recuerda las leyes naturales.
No sigas renegando por lo que no es o por lo que es y no te gusta… Más bien gánate la vida que anhelas, la vida que sueñas. ¡Merécela! 😉