Escrito Por: Katherine Giraldo
Este artículo será corto, porque solo quiero expresar algo de lo que me he dado cuenta y que es bueno expresar.
Hay personas que naturalmente son chistosas, pero eso no quiere decir que sean empaticas.
Una persona que tenga empatía, es simplemente aquella que sabe relacionarse con las personas y que tiene la capacidad de crear amistad con ellas, así sea mientras están en el autobús.
Y claro, una buena estrategia para cumplir con lo anterior, es contar con un buen sentido del humor, pero solamente cuando sabe manejarse.
¿Qué mejor que encontrarse personas que le saquen a uno una sonrisa? Eso es genial, en cualquiera que sea el lugar donde uno se encuentre.
Sin embargo, a veces puede caerse en el extremo de ser incómodo para los demás con los chistes o las cosas que se digan. Sobre todo, cuando alguno de esos chistes, hiere o discrimina a una persona.
Entonces, es bueno ser divertido, siempre y cuando el respeto siga manteniéndose en nosotros.
Así que, no debemos confundir la empatía con la falta de respeto, o con la incomodidad de los demás.
Ser extrovertido o tener empatía no es tampoco hacer el ridículo para quedar bien, o para ser el “hazme reír” del recinto. Y me disculpo si las palabras pueden sonar fuertes, pero es bueno que las personas se den cuenta de la realidad.
He visto personalmente muchas personas que, por conseguir amigos, dejan de ser ellos mismos y hasta dejan de lado sus valores por entrar a un grupo.
Las cosas no deben ser así, y esto no es un principio de la empatía o la extroversión.
Ser siempre quienes realmente somos, es la clave 😉
Así que, no contaremos chistes que hieran a otros, ni tampoco nos convertiremos a nosotros mismos en el chiste que haga reír a todo el mundo.
Simplemente contaremos con un buen sentido del humor que alegre la vida de otros y que también nos permita mantener a nosotros mismos un buen estado de ánimo. Pero nada de extremos 😉