Escrito Por: Katherine Giraldo
Como nueva gerente en una corporación multinacional, el enfoque principal de Donna Peterson en la vida, era demostrar que ella tenía las habilidades y el talento necesarios para triunfar en una industria dominada por los hombres.
Después de graduarse de la Universidad de Harvard, y de completar su MBA (Maestría en Administración de Negocios) en la Escuela de Negocios de Stanford, Donna tenía confianza en su conocimiento y habilidad.
Sin embargo, incluso con una sólida formación académica, el primer año de Donna como gerente fue duro.
Aunque ella trató de aplicar los principios que había aprendido en la universidad, los miembros de su equipo eran extremadamente resistentes al cambio.
Además, varios de los miembros del equipo de mayor edad, cuestionaban continuamente la autoridad de Donna y activamente trataban de socavarla.
En el momento de su revisión anual de desempeño, Donna se destacó como una persona infeliz y estaba empezando a preguntarse si ella realmente tenía el Street Smarts necesario para conseguir éxito en el mundo de los negocios.
Mientras se hallaba nerviosa en la sala de espera de las oficinas centrales, Donna preparaba sus palabras para defenderse de las críticas que ella sabía que estaban por llegar.
A las 9 am, las puertas de la habitación de salón se abrieron y salió una mujer impecablemente vestida, como de unos cincuenta años de edad. Su nombre era Karen Whitaker, y dentro de la empresa era una especie de “Leyenda viviente“.
Karen saludó calurosamente a Donna, y con un aire de autoridad, la llevó a una oficina de la esquina con mirador hacia la bahía.
“Donna, yo sé que tú estás dando el mejor esfuerzo en tu labor y sé que no ha sido fácil hacerlo. De hecho, en muchas maneras, me recuerdas a mí cuando empecé en este negocio”. Donna sonrió naturalmente al escuchar estas palabras… Fue bueno saber que alguien sabía lo mucho que se estaba esforzando.
“Pero, déjame darte una recomendación que me gustaría tuvieras en cuenta los próximos seis meses. ¿Lo harías por mí?”
“Por supuesto que sí” –Donna respondió a la expectativa.
“Quiero que dejes de pensar en Demostrarte a Ti Misma, y empieces a centrarte en MEJORARTE A TI MISMA”.
“Um, OK”, respondió Donna vacilante.
“Te voy a explicar”, continuó Karen, “Cuando te enfocas en Probarte a ti misma, siempre tratas de defender tu posición y demostrar que tienes ya tiene todas las respuestas. Sin embargo, cuando te centras en la Mejora de Ti Misma, comienzas a abrirte a nuevas ideas y comentarios”.
“Creo que entiendo Karen, prometo que haré mi mayor esfuerzo. ¡Gracias!”
Al salir de la oficina,, Donna tomó un pedazo de papel, y en marcador permanente ella misma escribió un letrero que decía: “Deja de Probarme a Mí Misma — Empezar a Mejorarme a Mí misma“.
Luego, colocó este cartel en el cajón de su oficina para verlo constantemente. Y durante los próximos seis meses, esta sola idea tuvo un impacto increíble en la vida laboral de Donna.
En lugar de tratar de Probar que las teorías que había aprendido en la universidad eran correctas, y que tenía todas las respuestas, Donna empezó a hablar con otros directivos y a estudiar con Karen sobre una base regular para Mejorar su comprensión de cómo la compañía trabajaba en el mundo real.
Ella también comenzó a leer mucho y escuchar audiolibros para Mejorar su conocimiento de la industria. Estaba sorprendida por lo rápido que se movían y se dio cuenta de lo importante que era estar en contacto con las ideas emergentes.
En un nivel práctico respecto a la recomendación de Karen, una técnica útil que Donna aplicó fue crear un archivo especial en su computadora llamado “Lecciones aprendidas“.
Cada vez que ella escuchaba o aprendía una idea útil o una “pepita de oro” de los consejos, ella lo anotaba en sus “Lecciones aprendidas” del documento. Cada mes, examinaba este documento para asegurarse de que se estaba llevando a cabo estas ideas en su vida.
Otro cambio importante en el enfoque de Donna, fue su respuesta a la Retroalimentación.
En el pasado, su reacción frente a la retroalimentación negativa de sus actos, decisiones y ideas, era luchar y defenderse a sí misma, con el fin de demostrar que nada justificaba como mal lo que hacía, respecto a todos sus estudios universitarios.
Ahora, con su enfoque en la Mejora de Sí Misma, esperabe todos los comentarios retroalimentativos que pudieran hacer sobre ella (buenos o malos). De esta manera, podría analizarlos objetivamente y darse cuenta en qué había fallado, para pasar a cambiarlo, y qué había estado bien, para reforzarlo… Todo esto la llevaba a su Crecimiento Personal Constante.
El nuevo enfoque de Donna también tuvo un gran impacto en la dinámica de trabajo con su equipo. En vez de siempre tratar de Probar que ella estaba a cargo y que sabía qué era lo mejor, ahora se apoyaba en los miembros de su equipo y sus aportes para finalmente tomar buenas decisiones.
Esto sin embargo no le quitó su autoridad como gerente del comité, porque finalmente la última palabra y decisión estaba en sus manos. Pero sin duda, ahora todos del equipo sintieron que tenían la oportunidad de contribuir.
Al final, tal vez lo mejor de todo, fue que Donna ya no tuvo que cargar con el peso de Tratar de Demostrar que era perfecta.
Su nuevo enfoque en la Mejora de Sí Misma le permitió admitir que a veces cometía errores, y también le permitió pedir ayuda cuando la necesitaba.
Así que hoy, me gustaría animarte a aplicar la recomendación de Karen a tu propia vida.
Esto es lo que debe hacer:
Y bueno, vale aclarar que esta recomendación no sólo sirve en un campo laboral, sino en cada uno de los aspectos de tu vida. A diferencia de Donna que se centró en aplicarlo únicamente para su gerencia en la corporación, tú puedes aprovecharlo para cada aspecto en el que necesites ser un buen líder, no sólo con otros sino contigo mismo.