Escrito Por: Katherine Giraldo
Por lo general, muchas personas nos dicen que “demos a otros lo mismo que queremos que ellos nos den”…
Sin embargo, creo que yo hoy recomendaré algo diferente.
Quiero imaginarme que tanto tú, como yo, hemos vivido momentos donde los demás no corresponden a nosotros de la manera que lo esperamos. A veces somos bondadosos, y otros terminan siendo tacaños o egoístas con nosotros.
De lo que me he dado cuenta, es que esta regla de “dar -algo-, para recibir -eso mismo-“, no se cumple en algunos casos.
¿Y por qué será que pasa esto? Lo que yo creo, es que se debe al hecho de que todos somos diferentes entre unos y otros. Por lo tanto, los sentimientos no los reflejamos de la misma manera en todos los casos.
Un ejemplo de ello, es el que yo vivo a diario con mi pareja. Yo lo amo a él, y en este momento me siento segura del amor que siente él por mí.
Sin embargo, el hecho de que ambos nos amemos, no significa que lo demostremos de la misma manera.
Por mi parte, soy muy detallista y valoro las cosas sencillas para demostrarle lo que siento por él… Por ejemplo, un mensaje a su celular, una notica de amor en su escritorio, llevarle un café caliente cada mañana al estudio, etc.
Pero él, no es así. De hecho, hasta cuando tiene que llamarme mientras estoy fuera de casa, debe colocar un recordatorio en el celular porque no se acuerda por sí solo de hacerlo. Las “noticas de amor” no es algo que haga prácticamente nunca, etc.
Él puede no ser igual a mí, y no demostrarme su amor de la misma manera que yo se lo demuestro a él. Sin embargo, sí lo demuestra a su manera, con su forma de ser y de pensar, con lo que para él significan “detalles de amor”.
Así que, si yo esperara que él me correspondiera exactamente como yo le demuestro mi amor, pues me pasaría la vida creyendo que no me ama o que no le intereso de verdad… Más bien, yo prefiero no esperar lo mismo, sino conocerlo para saber qué significan cada una de sus acciones y palabras.
Entonces, es justo esto lo que considero que tú mismo deberías aplicar.
No todos van a ser como tú, ni todos harán lo mismo que tú haces. Cada quien tiene una manera diferente de ser en medio de determinadas situaciones.
Por lo tanto, esperar de otros exactamente lo que nosotros damos, termina siendo una técnica que puede fallar y que puede hacernos creer cosas que no son.
Deberías más bien conocer a las personas que te rodean, y aprender a deducir y a leer cada una de sus acciones para entender el mensaje que lleva impreso.
De hecho, esto sirve para que tu bondad sea realmente genuina, y que el bien que hagas a los demás, no tenga ningún interés específico enmascarado, sino simplemente tu deseo de contribuir positivamente con otros.
Como dice el dicho: “Haz el bien, sin mirar a quién”.
Sólo tú sabes qué significan tus acciones y tus palabras, y créeme que si estás actuando bien, así las demás personas no te correspondan, será la vida la que te devuelva en bienestar todas tus buenas obras.