Escrito Por: Katherine Giraldo
¿Recuerdas lo que solías hacer cuando eras niño?, ¿Recuerdas como disfrutabas cada mañana o cada atardecer al lado de tus amigos, jugando y sonriendo?, ¿Recuerdas cuáles eran tus sueños cuando pensabas en ser grande? A lo mejor querías ser un superhéroe, o un médico, o siquiera un profesor o simplemente un explorador del mundo…
Yo no sé realmente cómo fue tu niñez, no sé ni con quién viviste ni mucho menos cómo viviste cada día de tu infancia. Pero hay algo que si creo saber, y es que siempre intentabas sonreír, siempre buscabas la forma de estar alegre y contento al lado de las personas que amabas 🙂
Es notable cómo los niños son levemente diferentes a los adultos… Y quizás unos estén diciendo en este momento “Claro, pues ellos no tienen nada por qué preocuparse, ni tienen que trabajar, ni tienen responsabilidades para cumplir”
Pero no, no se trata de sus responsabilidades, ni de su trabajo, ni siquiera de su edad… Se trata de su interior, se trata de la libertad y el amor que experimentan cada día con el Universo.
¿Cuántos, de niños, sintieron que no tenían límites para lograr lo que soñaban?, ¿Cuántos se atrevieron a hacer cosas nuevas con la absoluta confianza de que saldría bien?
¿Y qué pasó ahora?, ¿Acaso has cumplido tus sueños, o ahora si sientes que hay límites?
¿A quién le diste el poder de inyectar en tu vida desconfianza sobre ti mismo y sobre lo que puedes lograr?
Realmente es triste ver como la mayoría de las personas han dejado de lado aquellos sueños que tenían cuando eran niños… Es abrumador sentir como muchos de los adultos de hoy en día se resignaron a vivir como la sociedad dice, a no cumplir sus sueños y a acomodarse en medio de la pobreza.
Con este artículo lo que quiero decirte es: ¡¡Reacciona!!
¡Tú tenías la razón cuando eras niño! Sí puedes lograr lo que has soñado, sí puedes encontrar cada día la manera de ser feliz, sí puedes actuar siempre como lo desees… ¡Si puedes ser la persona que deseas ser!
No pienses que solo hay una manera de vivir, no le creas a quien dice que la situación está muy mal, no escuches a quien insinúa que no puedes lograr tus sueños. Tu vida y tu realidad dependen de ti, tu futuro sólo será lo que tú mismo diseñes en tu mente.
Así que, si en alguna esquina del camino botaste tu espíritu de niño, ¡Vé y recógelo de nuevo!
Sigue viviendo cada uno de tus días haciendo lo que quieres hacer, tal y como lo hacías cuando eras niño. Si quieres saltar, ¡Salta! Si quieres correr, ¡Corre! Si quieres cantar, ¡Canta! 😀
¡¡Adelante!! Vive cada día intensamente, disfruta cada segundo como si supieras que nunca volverá (Lo cual es cierto), sonríele a la naturaleza y nunca dejes de brillar 😉